Hotel Plaza Zuazua

Ubicación: https://www.google.com/maps/ms?msid=217381350451905061148.0004e3b8d477dc2ff6e04&msa=0&iwloc=0004dff2a9336adec6eae

Gral. Juan Zuazua 1004 casi esquina con Av. Francisco I. Madero, Col. Centro, Monterrey, Nuevo León

Hay entrada por General Juan Zuazua y por Reforma.

Precio: $200

Tiempo: 3 horas

También existe:

·        $350 x 12 horas

Experiencia:

A mi novia y a mi nos pareció una buena opción.

• ·       Céntrico
• ·       Con estacionamiento
• ·       Barato

Y es que los moteles u hoteles que se encuentran alrededor no tienen muchas veces estacionamiento. También puedes accesar al Hotel caminando o en Taxi, el principal motivo de estos Moteles es que pagues.

Otra cosa que nos gustó del Hotel es que puedes entrar por la Calle Juan Zuazua, donde es la entrada principal, o bien, entrar por la puerta trasera, la cual está más escondida y queda por la calle Reforma.

Una vez que nos estacionamos y pagamos en la recepción del Hotel, que queda inmediatamente por la entrada principal, nos dieron nuestra habitación y nos dirigimos a ella.

LO MALO: El ruido del tráfico  y que el agua de la regadera no estaba caliente.

LO BUENO: Limpio, con 2 espejos grandes, bastante cómodo, sencillo.

En esta vez, lo mejor de coger con ella  fue su diminuta tanguita color rosa, que previamente había escogido personalmente para ella en una Sex Shop del centro. Esta tanguita no era cualquier tanga, aparte de que se trataba de una tanga diminuta, era de esas que tienen una abertura en medio para poder introducir lo que más gustes o te excite y que puedan maniobrar los dos sin que ella se la quite. Realmente nos la pasamos muy bien. 

Definitivamente esta tanguita la disfruté mucho porque cogimos muy rico sin necesidad de quitarle toda su ropa interior, aunque al final siempre quedamos completamente desnudos, sentimos muy excitante el momento de coger sin ni siquiera hacer a algún lado un poco de tela, sólo deslizando mi pene suavemente por su rajita, introduciéndolo entre sus labios gruesos y lubricados, y sintiendo toda su conchita jugosita y apretada: el placer a su máxima expresión.