jueves, 9 de enero de 2014

Sexo en el Baño


Ya era un poco tarde para entonces, sin embargo los deseos de hacer siempre algo diferente y erótico nos llenaron de emoción. Para esa hora ya las luces del pasillo estaban apagadas, pero los baños de la institución estaban todavía abiertos. Al principio tuvimos un poco de miedo al entrar, miedo a que alguien nos atrapara y nos viera que entrábamos los dos al mismo baño y casi al mismo tiempo, antes de entrar yo, entró ella y lo primero que hizo fue ver que no hubiera nadie dentro; la señal era que yo entrara unos minutos después.

Ya estábamos bastante entrados en calor y sabíamos exactamente a lo que íbamos. Al entrar yo, me doy cuenta que ella ya estaba dentro de un baño con la puerta semiabierta y me estaba esperando. En el aspecto del ruido tuvimos mucha precaución debido a que los sonidos se dispersaban fácilmente y fue cuando empezamos a bajarnos algo de ropa. Primero le bajé el pantalón a ella quedando completamente en tanguita, lo cual aproveché para tocar su culito y disfrutarlo muy rico. Después siguió mi turno y me bajé el pantalón dejando ver mi verga ya bastante durita. Sin aguantar más y con el tiempo encima, ella bajó su tanguita y yo mi bóxer, y justo ahí fue cuando ella se inclinó un poco y chupó mi verga poniendome aún más excitado y muy caliente. No pasó mucho tiempo cuando de mi bolsillo sacamos un poco de lubricante, el cual lo unté inmediatamente sobre la conchita de ella. Fue tan rico sentir sus labios ya húmedos y con ganas de sentir mi pene dentro de ella. Entonces fue cuando nos decidimos a coger. Coloqué mi verga sobre su puchita y la empujé hasta meterla lo más profundo que se pudiera, llenándola toda de mucho juguito de ella que se cubrió sobre mi. Sentimos muy rico ese momento, el único detalle es que no lo podíamos hacer tan fuerte ya que hacíamos ya bastante ruido, así continuamos rápido y tratando de hacer el menos ruido posible para evitar que nos descubrieran. Tratando de hacerlo lo más rápido posible llegó el momento de acabar y en ese preciso momento ella se inclinó ligeramente teniendo mi verga dentro, la tomé sobre su cintura y empezamos a movernos más rápido y más duro, sintiendo su culo sobre mi piel y rebotando mis testiculos sobre ella. Ella se movió tan delicioso que ya no pudimos más y nos descargamos los dos muy rico.

Nuevamente muy rápido nos subimos nuestra ropa, ella se puso otra vez su tanguita, muy mojada por cierto, y yo mi bóxer muy húmedo. Nos acomodamos el pantalón y procedimos a salir del baño, primero ella y al último yo.

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